Kan Aoyagi, pasó por España de la mano del Sant Andreu donde empezó a destacar, como un demonio que corría la banda como nadie. Sus 23 en 50 m. y sus 53 en 100, hacía de él un tipo peligroso al que tenías que maniatar en tu propio ataque, para que no aprovechara su arte de la escapada. Mas tarde en Bergamo empezó a tomar protagonismo per no como el que ahora tiene en el Budvanska Rivjera, donde el mismísimo Uskokovic le busca para finalizar las jugadas muertas de planteamiento y donde el tiro de 5 metros es un regalo en las puertas de la extinción del tiempo. Quizás no supimos verle sus cualidades escondiéndolo en 5 y en 1. Quizás estaba en periodo de crecimiento deportivo. Quizás el cambio de reglamento está haciendo escupir estrellas escondidas. Quizás... quizás... quizás. Lo que está claro es que lo tuvimos en nuestras manos y ahora juega Copas de Europa y con protagonismo. Se nos escurrió entre las manos a la velocidad de una estrella fugaz, pero con la consistencia de la Estrella de Oriente
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